
En el segundo dĂa de competiciĂłn, la polĂ©mica está servida por la cantidad de asientos vacĂos durante las diferentes pruebas, mientras que muchos son los espectadores que se quedaron fueran sin poder acudir al estadio. En las puertas de los estadios, los fans y miembros de las familias de los atletas protestaban por no poder entrar al recinto por falta de entradas, a pesar de que los asientos vacĂos eran visibles durante las retransmisiones que realizĂł la televisiĂłn.
En la primera de baloncesto masculino, el domingo por la mañana, el 70% de las secciones, las más cercanas a la cancha estaban vacĂas. El sábado, en el parque acuático, donde debĂan enfrentarse Michael Phelps contra Ryan Lochte, habĂa cientos de sitios libres, ofreciendo una impresiĂłn lamentable. Lo mismo ocurriĂł con el tenis, en Wimbledon, o con la equitaciĂłn en Greenwich. El ministro de cultura y de deportes, Jeremy Hunt, se ha mostrado “muy decepcionado”, y ha pedido que estos problemas se arreglen lo antes posible.
Pero Sebastián Coe, presidente del comitĂ© de organizaciĂłn, se ha defendido asegurando que la mayorĂa de los asientos estaban llenos. Los organizadores han prometido, sin embargo, resolver la cuestiĂłn para averiguar a quiĂ©nes les fueron vendidas las entradas vacĂas. La mayorĂa de ellas pertenecen a espectadores acreditados, pertenecientes a federaciones, sponsors, o prensa. Al ejĂ©rcito, encargado de la seguridad, se le pidiĂł que reforzara las plazas vacĂas para llenar los huecos.
Los organizadores hicieron entrar a estudiantes y profesores, mientras que un millar de entradas fueron puestas de nuevo a la venta el domingo pasado. El comitĂ© olĂmpico británico ha propuesto que todo asiento vacĂo, al cabo de treinta minutos, pueda ser ocupado por otra persona. Muchos sponsors han querido silenciar la polĂ©mica asegurando que utilizaban sus propios lugares asignados para las competiciones.
ParadĂłjicamente, la reventa de entradas está haciendo su agosto. Scotland Yard ha abierto una investigaciĂłn tras las revelaciones del Sunday Times, segĂşn las cuales algunos responsables de los comitĂ©s olĂmpicos de 54 paĂses eran sospechosos de haber revendido miles de entradas, diez veces más caras de lo que cuestan normalmente.
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Foto – Sport24Â