Katie Hoff. Natación, 200, 400 y 4×100 estilos.
Hace sólo un año que la nadadora estadounidense fue triple campeona del mundo en Melbourne (200 y 400 estilos y relevo 4×200), con dos plusmarcas mundiales incluídas. Hoff preparó a conciencia la cita de Pekín, donde aspiraba incluso a aumentar la cosecha.
Por eso, los dos bronces y una plata logrados en cinco categorías en las que compitió con máximas aspiraciones suponen una notable decepción. Especialmente doloroso fue perder la supremacía en su especialidad predilecta, 400 estilos, prueba de la que ostenta la plsumarca mundial (4:31.12), y en la que sólo pudo ser bronce, tras Stephanie Rice y Kirst Coventry.
Selección rusa de baloncesto masculino.
Sólo hacía 11 meses que Rusia se había proclamado campeona de Europa de baloncesto, por delante de, nada menos que, la selección española. En Pekín compareció con el mismo bloque del Eurobasket de Madrid, con todas las estrellas: Kirilenko, Holden, Khryapa y Monia.
Además, tuvo la suerte de quedar enclavada en el grupo más ‘asequible’ de los dos, evitando a los principales ‘cocos’: EE.UU. y España. Ni por esas. Empezó ganando a Irán (qué menos), para perder los siguientes tres partidos: Argentina, Croacia y Lituania. En el último encuentro del grupo se jugaba ante Australia pasar, por lo menos, el grupo. Perdió de 15.
Selección estadounidense de softball.
Desde que el softball es olímpico (Atlanta’96), EE.UU.había ganado los tres oros en juego. A Pekín acudía con 22 victorias consecutivas, racha que se fue a romper en la final, que perdió 3-1 ante Japón. El softball dejará de ser olímpico en Londres 2016.