Poco se podía añadir al despliegue de militares más grande desde la segunda Guerra Mundial, a la colocación de buques de guerra en el río Támesis, al vuelo de varios aviones Eurofighter por encima de la ciudad de forma constante, a la colocación de baterías tierra-aire en parques de la ciudad. O no. La instalación de ese tipo de baterías también en las azoteas de varios edificios de la ciudad puede ser el siguiente paso. Londres será un búnker.
El ejército británico planea colocar varias baterías de mísiles antiaéreos en el techo del edificio bautizado como The Water Tower, en la zona de Bow, en el sureste de la ciudad, a poco más de 3 kilómetros del Olympic Stadium. Según se ha informado a los 700 vecinos del bloque, armamento y cerca de 10 soldados permanecerán en el edificio durante los JJOO. Según anotó, el Ministerio, ese edificio ofrece una “vista despejada de las áreas circundantes y el sobre el estadio”.
Un folleto repartido entre los habitantes de la zona asegura que los misiles no representan un peligro para quienes viven en el edificio. El panfleto indica que el sistema de defensa será “autorizado solamente para uso activo siguiendo órdenes específicas de los niveles más altos de gobierno en respuesta a una amenaza a la seguridad confirmada y extrema”.