No ha habido unos Juegos Olímpicos en los que se hallan celebrado pruebas de ciclismo femenino y no haya estado Jeannie Longo, La leyenda francesa ha participado en siete ediciones logrando cuatro medallas: la plata en ruta en Barcelona’92, el oro en ruta y la plata en contrarreloj de Atlanta’96 y el bronce contra el crono de Sidney’00. Pero está empezando a verse desbancada por esa nueva generación que parecía que no llegaría.
Cuando Pauline Ferrand Prevot, la nueva campeona de Francia de contrarreloj nació hace 20 años, Longo ya había ganado tres Tours, ocho campeonatos del Mundo entre ruta y pista y decenas de títulos nacionales. Tenía entonces 33 años. Ahora, con 53, continúa luchando. Longo no pudo revalidar el título logrado el año pasado y finalizó quinta en la competición nacional gala contra el cronómetro. Lejos de competiciones internacionales este año porque su marido y entrenador Patrice Ciprelli está imputado por compra de EPO, perdió así su penúltima oportunidad para lograr una convocatoria para los Juegos Olímpicos de Londres. La última, hoy, en la prueba de ruta.
En una prueba de 26,7 kilómetros en la norteña Saint-Amand-les-Eaux, la joven promesa, ya estrella del equipo femenino del Rabobank, demostró por qué es considerada la sucesora de las 58 veces campeona de Francia, completando el recorrido en 36 minutos y 55 minutos. Longo paró el crono un minuto y cinco segundos más tarde, a medio minuto del podio que completaron una representante de cada generación, Audrey Cordon, de 22 años, y Edwige Pitel, de 45.