Reino Unido puede presumir de haber ideado multitud de deportes como el fútbol, el rugby, el tenis, el golf, el hockey, el criquet e incluso la natación. Nadie le negará a Estados Unidos la invención del baloncesto, el fútbol americano, el voleibol o el beisbol. En la antigua Grecia se celebraron las primeras competiciones de atletismo (aunque hay pinturas del Paleolítico de hombres corriendo, lanzando y saltando), boxeo o balonmano. Los franceses, el ciclismo. Uruguay, el fútbol sala.
¿Qué le queda a España? La esgrima. La amplia mayoría de historiadores postula que este deporte se creó en España en la época medieval, mientras los caballeros practicaban con la autóctona espada ropera. Se habla, por ejemplo, de cómo la princesa de Éboli, perdió un ojo en un incidente con un maestro de esgrimo o de cómo en el siglo XV aparecen en España los primeros tratados que establecen las pautas para el ejercicio de esta actividad antigua: «La verdadera esgrima» en 1472 de J. Pons y «El manejo de las armas de combate» en 1473 de P. de la Torre.
Pese a ello, en los siglos XVII y XVIII el deporte se desarrolla en Francia y, ahí, se adopta todo el vocabulario que lo envuelve. Por iniciativa del creador de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, en 1896, el florete y el sable ya aparecen en el programa de los JJOO de Atenas mientras que la espada llega en París, en 1900, y los encuentros olímpicos por equipos, en 1908. Hasta 1960 no entrarán a escena olímpica las mujeres.
Pese a la historia, el único gran éxito del esgrima español en unos Juegos Olímpicos llegó en 2008. En Pekín, José Luis Abajo ‘Pirri’ conquistó la medalla de bronce en la disciplina de espada tras doblegar al húngaro Gábor Boczkó en el duelo por el tercer y cuarto puesto. Pese a ese éxito, Abajo no tiene asegurada la plaza olímpica y deberá luchar por su billete en el preolímpico europeo que se celebrará del 14 al 15 de abril de 2012 en Bratislava (Eslovaquía).