Acabamos de vivir una de las grandes sorpresas de Río 2016 en lo que a españoles se refiere. Marcus Cooper ha conseguido de forma espectacular la medalla de oro en la prueba de K1 1.000, después de una gran carrera que terminó con una increíble remontada.
No era Cooper uno de los favoritos en sus primeros Juegos Olímpicos, pero el mallorquín sorprendió a todos conservando sus fuerzas hasta el último tramo para adelantar a sus rivales y hacerse con el oro. La misma táctica que utilizaba David Cal le ha dado suerte a Marcus. Ojalá su palmarés pueda terminar también con varias medallas olímpicas.
Marcus Cooper, nuestro nuevo campeón
El palista balear empezó fuerte, liderando la prueba, pero sus rivales comenzaron a apretar y lo fueron adelantando hasta dejarlo en el quinto puesto. A falta de 250 metros, Marcus «metió el turbo» y fue remontando hasta pasar el primero la línea de meta con un tiempo de 3:31:447, el mejor de los marcados en todas las fases. En el podio le acompañaron el checo Dostal y el ruso Anoshkin.
Nacido en Oxford, su padre es británico y su madre alemana, pero desde muy pequeño está viviendo en Mallorca. Con 21 años, llegó a Río 2016 con toda la ilusión del mundo para disputar sus primeros Juegos Olímpicos, y ha sorprendido incluso a los entendidos en la materia, que no lo metían en las quinielas. En los dos últimos campeonatos mundiales logró una medalla de plata y un bronce.
El oro olímpico está ahora en lo más alto de su palmarés, y a buen seguro que Marcus Cooper comenzará a preparar Tokio 2020 en cuanto disfrute de unas merecidísimas vacaciones. Un nuevo deportista español en lo más alto, una nueva esperanza para seguir creciendo en el medallero, y un joven con mucho futuro y ganas de comerse el mundo.