La leyenda de Michael Phelps es casi infinita ya y es que la pasada noche el conocido como Tiburón de Baltimore añadió a su extenso palmarés dos nuevas medallas de oro olímpicas en las pruebas de 200 mariposa y en el relevo 4×200. En total el nadador estadounidense atesora ya 25 medallas en los Juegos Olímpicos, 21 de las cuales son de oro, un récord que tardaremos mucho tiempo en ver como otro deportista supera, si es que alguien lo consigue.
La piscina olímpica de Río de Janeiro se vistió ayer de gala para ver la que podía ser la primera medalla individual de Phelps en estos juegos, y el nadado no defraudó a nadie de los presentes, ni a todos los que seguían la prueba por televisión. Se impuso en una tremenda final, demostrando que está de vuelta para seguir siendo el mejor en una piscina.
Eso sí, rápidamente se fue sin demasiadas celebraciones y es que una hora después debía de lanzarse de nuevo a la piscina para el relevo 4×200 en donde buscaría una nueva medalla, que llegó no sin demasiado esfuerzo y con una nueva demostración de Phelps.
En esta ocasión la celebración estuvo a la altura de las circunstancias y una vez más pudimos ver al nadador estadounidense celebrando la medalla con su familia. A la cita tampoco faltó la selección estadounidense de baloncesto, encabezada por Kevin Durant, que no se quiso perder uno de los grandes días para uno de los suyos.
Michael Phelps ya era una leyenda del olimpismo, pero en estos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro se está convirtiendo en una leyenda casi infinita, que quedará guardada en la retina de todos nosotros para siempre. Y nuestra recomendación es que disfrutemos del Tiburón de Baltimore porque es posible que nunca en la historia veamos y podamos disfrutar de un deportista semejante.