La nadadora Mireia Belmonte inició su reto de las seis pruebas en Londres con una final donde partía como una de las candidatas a luchas por la medalla de bronce. Clasificada con la quinta mejor marca para la prueba final de 400 estilos, la española terminó octava, y última.
La china de 16 años Shiwen Ye se proclamó campeona olímpica pese a no contar en los pronósticos iniciales y lo más asombroso fue el récord del mundo que logró batir, con un registro de 4.28. 43, superando el que tenía Stephanie Rice de los anteriores Juegos de Pekín 2008. En segunda posición llegó la estadounidense Elizabeth Beisel y tercera la también china Li Xuanxu.
La piscina de Londres acogió la primera jornada de natación, uno de los grandes deportes olímpicos, con el primer duelo entre Lochte y Phelps, pero la baza española se centraba en Mireia y su ambicioso reto en estos Juegos.
En el primer estilo Mireia llegó en tercera posición antes de cambiar a espalda, el estilo con el que la nadadora catalana menos disfruta en la piscina. Así, terminó relegada a la séptima posición y con la sensación de no poder remontar la distancia que le llevaban las que luchaban por el bronce. Un intento de remontada que quedó en nada la desplazó a la octava posición y a empezar a pensar en las próximas pruebas donde espera redimirse.
La catalana del CN Sabadell terminó decepcionando en su primera final olímpica, ya que en Pekín no pudo clasificarse a ninguna, y se vio superada por el cansancio y los nervios iniciales del primer día de competición. Mireia tiene todavía cinco oportunidades más para sacarse la espina que hoy se ha quedado clavada. Lo que es seguro es que habrá aprendido de su error y no lo volverá a cometer.
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