Hace varias semanas, los enormes prados de Leyton Marsh, en el barrio londinense de Hackney, empezaron a ser ocupados por camiones de obras que empezaron a trabajar en convertida la zona verde en varios campos de entrenamiento para las selecciones de baloncesto clasificadas para los Juegos Olímpicos de Londres. La medida (y algunas otras en el parque) indignó a los residentes que crearon la asociación Save Leyton Marsh.
Sus representantes apenas habían tenido voz en los medios y, de hecho, la organización de los JJOO apenas les había escuchado hasta que esta semanas varias decenas de miembros de las asociaciones que forman el movimiento Occupy London, que se mantuvo durante meses acampados en la escalinata de Sant Paul’s Cathedral, se instalaron en la zona e impidieron el acceso a la maquinaria que allí actuaba.
Los titulares corrieron anunciando que los ‘indignados’ británicos estaban en contra del evento veraniego y destacando uno de los cánticos del grupo que decía “Esto sólo es el inicio”. Corrió la histeria y algún que otro medio se lanzó a prever una campada frente al Estadio Olímpico. Nada más lejos de la realidad. Ayer, portavoces de Occupy London se encargaron de desmentir que el movimiento quisiera protestar contra los Juegos y de recordar su apoyo al cinturón verde londinense.