El Estadio Olímpico de Río volvió a registrar una gran entrada y eso sólo se ha dado para una cosa: para ver a Usain Bolt en acción. El relámpago jamaicano volvía a la pista para correr la final de los 200 metros en busca de su segundo oro en estos Juegos Olímpicos de 2016, tras haber ganado ya el de los 100 metros.
Bolt no falló a sus fans y volvió a regalarnos otra carrera marca de la casa. En el 200, donde la salida no es tan importante, Bolt suele mandar desde el principio y así lo hizo en esta ocasión, aventajando en un par de metros a sus rivales más cercanos, distancia que en esta prueba es todo un mundo.
Estas vez no hubo sonrisas ni parones porque Bolt lo dio todo hasta la línea de meta. El objetivo del jamaicano era el de rondar su propio récord del mundo pero hace ya tiempo que está lejos de sus grandes marcas. Bolt se nos hace mayor y la edad ya le pasa factura en forma de pequeños problemas físicos, especialmente en la espalda, y por ello ya no es capaz de volar como antaño aunque sigue y seguirá siendo el mejor.
Tampoco ayudaron las condiciones climáticas, con el viento en contra y con la pista mojada por culpa de la lluvia. Todos se vieron afectados por esta situación al punto de que los ocho atletas participantes en esta final empeoraron los tiempos que habían conseguido en semifinales.
Bolt ya lleva ocho medallas de oro olímpicas en su carrera deportiva. En los que probablemente sean sus últimos Juegos Olímpicos, ya sólo le queda participar con Jamaica en el relevo 4×100, en busca del que sería su tercer oro en Río 2016 y el noveno de su carrera, repitiendo lo logrado en Pekín 2008 y Londres 2012.