
La resaca de unos Juegos OlÃmpicos viene bien para contar historias de anti héroes, de personas como Robel Kiros Habte. Este nadador pasará a la historia no por haber logrado un gran éxito sino por haberse presentado a RÃo 2016 completamente pasado de peso, con un cuerpo nada esbelto si consideramos su condición de nadador olÃmpico.
La historia de este chico de 24 años, al que han apodado La Ballena, llama la atención desde el primer dÃa de Juegos OlÃmpicos. Natural de EtiopÃa, a él le correspondió ser el abanderado del paÃs en la ceremonia inaugural, una situación sorprendente teniendo en cuenta que el paÃs cuenta con deportistas de éxito y famosos de sobra como para haber llevado la bandera.
Enseguida salió a relucir el parentesco que le habrÃa abierto las puertas para ser el abanderado etÃope: el ser hijo del presidente de la Federación de Natación del paÃs africano. Robel Kiros Habte recurrió entonces a currÃculum, alegando que era el recordman nacional en varias modalidades de la natación y que eso era lo que le habÃa dado su presencia en RÃo 2016 y el derecho a ser el abanderado del paÃs.
Para casi todo el mundo, Robel Kiros Habte pasó desapercibido entonces, pero no cuando salió a la piscina. Los medios de todo el mundo se hicieron eco de su participación en las series preliminares de los 100 metros libres, especialmente por su aspecto fÃsico y sus 81 kilos de peso, luciendo tripita y su apodo de La Ballena sin complejo alguno.
La gente esperaba un nuevo caso Moussambani pero Kiros Habte no tuvo tantos problemas en nadar la piscina como el guineano que casi se nos ahoga en Sidney 2000. Eso sÃ, su tiempo fue el peor de los 59 participantes, por encima del minuto cuando los nadadores especializados tardan entre 45 y 48 segundos en recorrer la distancia.