La antorcha de los Juegos Paralímpicos se apagó ayer domingo por la noche, después de las últimas competiciones, en el corazón mismo de la villa, en una ceremonia en el Estadio de Stratford, donde su puso el punto y final a un deporte de alto nivel.
Ochenta mil personas se reunieron a comienzo de la tarde en las gradas del estadio para contemplar un espectáculo único en el mundo, con la presencia de 4.200 atletas participantes en los Juegos Paralímpicos. Los deportistas entraron en el estadio aclamados por una muchedumbre que pudo disfrutar de tres horas de espectáculo, a ritmo del grupo Coldplay, la cantante Rihanna y el rapero Jay-Z.
La ceremonia destacó la presencia de soldados heridos de guerra, como el capitán Luke Sinnott, herido gravemente por la explosión de una bomba artesanal en Afganistán, y que tiene intención de participar en los Juegos de Río 2016. Él fue el encargado de izar la bandera del Reino Unido.
Ahora Londres debe pasarle el relevo a Río de Janeiro, y la antorcha olímpica se apagará en la capital británica, cuna de los Juegos Paralímpicos, inventados por un neurólogo en 1948.
Los brasileños han prometido poner «el listón todavía más alto» que lo que ha sido esta última edición, de suyo sin precedentes por su amplitud: 164 países, una afluencia récord con 2,7 millones de entradas vendidas, y unas gradas llenas hasta la bandera, sin contar con una audiencia mediática inédita. Según los organizadores, dos tercios de los británicos han seguido los Juegos por televisión, y tres cuartos a través de la prensa, vía internet, donde más de 1,3 millones de tweets han sido intercambiados.
La antorcha olímpica abandona la capital británica, pero los londinenses no dan por terminado los Juegos: un gran desfile tendrá lugar hoy lunes por las calles de Londres, con los atletas británicos de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.
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Foto – ElPeriodico