Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 serán, si todo sigue su curso, los primeros Juegos que la capital de Reino Unido organice sin problemas, sin polémicos, sin sorpresas y, sobre todo, esperándolos desde años atrás. Y esos que será la tercera vez que la antorcha frena en la ciudad del Támesis. En 1908 y 1944, la cuarta y la decimotercera edición del evento ideado por Coubertin también se celebraron en la ciudad que no logró solventar algunas penurias muchas veces ya insalvables.
Los primeros Juegos Olímpicos londinenses no debieron ser londinenses. Los cuartos JJOO debían celebrarse en Roma pero el despertar del Vesuvio el 7 de abril del 1907 (y los problemas económicos que generó al estado transalpino) hizo que los italianos tuvieran que renunciar a la organización y que la parte oeste de Londres creciera exponencialmente. Allí se construyó el Estadio Olímpico de White City (dónde ahora están los estudios de la BBC) y allí se celebraron los que son considerados primeros Juegos Olímpicos como tal, con una estructura deportiva y social parecida a la actual.
Pese a eso no estuvieron absentas de polémicas como la que protagonizaron irlandeses y finlandeses negándose a desfilar bajo las banderas británicas y rusas respectivamente, la negativa de los dirigentes estadounidenses a reverenciar al entonces monarca Eduardo VII o la que vivió el italiano Dorando Pietri, maratoniano que, tras dominar la prueba más larga del atletismo olímpico, se equivocó al entrar al estadio y cayó exhausto tras ver su error. Reino Unido dominó el medallero con 146 medallas. Estados Unidos logró 47 metales y Suecia 25. España no participó.
Los segundos Juegos Olímpicos londinenses sí eran londinenses desde la designación pero se debieron celebrar cuatro años antes, en 1944. Desafortunadamente, Europa entontes vivía una guerra con lo cual los campeonatos se tuvieron que aplazar hasta 1948. Entonces, una Londres en reconstrucción, que no quería los JJOO por las penurias que estaba pasando, vivió los llamados ‘Juegos Olímpcios de la austeridad’ que paradójicamente fueron los primeros que mostró la televisión.
Se adaptó el estadio de Wembley para las pruebas atléticas (100.000 plazas) y el Támesis sirvió de escenario para las pruebas acuáticas. Estados Unidos dominó el medallero con 84 medallas aunque la estrella fue una holandesa, Fanny Blankers-Koen (oro en 100 m., 200m., 80 m. vallas y 4x400m). El equipo español de saltos por equipos de hípica con Jaime García, Marcelino Gavilán y José Navarro logró una plata y el resto de la expedición consiguió seis diplomas olímpicos (entonces del 4º al 6º).