El caso Dwain Chambers ha reabierto el eterno debate en el atletismo inglés de las sanciones olímpicas de por vida. Desde hace veinte años, cualquier deportista británico condenado por utilizar substancias dopantes además de recibir la sanción correspondiente quedaba vetado para competir en los Juegos Olímpicos de por vida. Esa decisión, debatida ya con otros casos como el de David Millar, está ahora en el alero.
El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) juzga estos días la medida a petición de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que defiende que la norma británica contraviene la regulación general del organismo mundial, competente en la materia. Si la resolución, que se conocerá en abril, fuera favorable a la AMA, Chambers, suspendido dos años en 2003 por consumo de esteroides anabolizantes, podría disputar sus segundos Juegos Olímpicos tras finalizar cuarto en los 100 metros de Sidney 2000.
El atleta, de 33 años y medalla de bronce en los 60 metros lisos en los Mundiales en pista cubierta de Estambul del pasado fin de semana, admitió a la BBC que está muy pendiente de la decisión del TAS aunque no lo ve del todo claro. «Incluso si volviera a tener la oportunidad de participar, todavía tendría que clasificarme. Los jóvenes cada vez son más rápidos y yo me estoy haciendo mayor, así que cada vez es más difícil», señaló Chambers
El presidente del Comité Olímpico Británico (BOA, por sus siglas en inglés), Colin Moynihan, se mostró «optimista», aunque «cauteloso», al terminar la visita al TAS. Su posición, la de mantener la norma, tiene un claro apoyo, el delpresidente del comité organizador de los JJOO de Londres 2012, Sebastian Coe, que comentó recientemente que «no debería competir en los Juegos Olímpicos».