Posiblemente cuando el aficionado medio español piense en voley playa, le venga a la mente la medalla de plata que Pablo Herrera y Javier Bosma lograron en Atenas 2004. Carisma y calidad atraen. Con Bosma retirado desde 2006, Herrera intenta renovar ese recuerdo y los Juegos Olímpicos de Londres deberían ser el momento ideal para hacerlo junto a su actual pareja deportiva, el joven de San Roque, Adrián Gavira.
Ambos ocupan actualmente la decimotercera posición del ranking olímpico y dado que sólo hay 16 plazas los próximos torneos son claves para sellar el billete hacia el Reino Unido. Tras las múltiples lesiones que sufrieron ambos al finalizar la pasada campaña, Herrera-Gavira deberán apretar ahora. La primera prueba de toque llegará a mediados del mes de abril con la disputa del Open de Brasil para, días después, desplazarse hasta Polonia y disputar otro Open. A comienzos de mayo tendrá lugar el primer Grand Slam de la temporada, el de Shanghai, al que seguirá el de Pekín.
«En principio competiremos en todas las pruebas del Circuito Mundial excepto en la de Canadá (21 de agosto) y en la final del Campeonato de Europa en Holanda (30 de mayo)», avanza Gavira en su web, no sin añadir: «La pretemporada está siendo un poco complicada porque evidentemente queremos estar al cien por cien en este año tan importante y eso, a veces, nos juega malas pasadas y hay altibajos». En las últimas semanas han vencido dos torneos preparatorios.
En la misma empresa se encuentra la pareja femenina que forman Liliana Fernández y Elsa Baquerizo. Ambas se encuentran en la posición undécima del ranking aunque mantienen una ventaja sobre los representantes españoles masculinos. En la clasificación computan los 12 mejores torneos clasificatorios y ellas ya han disputado 13 mientras que la pareja Herrera-Gavira sólo ha participado en ocho por las lesiones. Disputar 12 es obligatorio para lograr plaza.