Abrió el medallero español en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con una plata que logró en la modalidad de foso olímpico de tiro al plato. Se recordó entonces que era campeona del Mundo y de Europa y que había superado problemas con un ojo vago. Colaboró incluso con la primera candidatura olímpica de Madrid. Cómo marca la tradición tras un éxito, Bilbao, su localidad de nacimiento, y Canarias, su lugar de adaptación, se disputaron su procedencia.
Y entonces, en 2009, tras cuatro años de inactividad, saltó la noticia. En la revista Interviú ella misma explicaba que se había nacionalizado por la República Dominicana, harta del presidente de la Federación y de un seleccionador que la atendía. “La decisión ha sido muy difícil, ya que para cualquier deportista lo más importante es defender a tu país y a tu selección. Soy más española que ninguna y estoy orgullosa de la medalla de plata que logré en Atenas, pero si doy este paso es porque no me han dejado otra opción”, dijo entonces.
La noticia fue botada y rebotada por todos los medios españoles añadiendo un dato: empezaría a competir con la República Dominicana en los Juegos Centroamericanos del año siguiente. Mientras su marido, Sergio Piñero, también nacionalizado dominicano, lograba tres oros y la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, ella no era ni inscrita perdiendo así la oportunidad de lograr el billete olímpico. Tampoco participó en competiciones anteriores o posteriores con su país de adopción.
Sin poder contactar con ella, las noticias de los medios canarios, dónde aún reside y entrena, apuntan a que sigue competiendo con su club, el Club de Tiro Telde, aunque a menor escala. De hecho el pasado fin de semana se proclamó campeona de Canarias de tiro de plato. Bueno sabía saber si sus relaciones con la federación dominicana también se truncaron o si bien una lesión o un problema personal recortaron su objetivo de participar en Londres 2012.