Derrotado en la final de 200 m, el pasado domingo en los Juegos Paralímpicos de Londres, Oscar Pistorius ha imputado su fracaso a las láminas del vencedor brasileño Alan Oliviera, porque eran demasiado largas, con relación a las suyas.
Al terminar la carrera, el sudafricano acusó a los organizadores de no haber sabido controlar convenientemente el tamaño de las láminas de carbono, antes de reconocer el lunes que abrir este debate después de la carrera fue algo “inapropiado”. El martes, el Comité Internacional Paralímpico (CIP) anunció que no sancionaría al atleta por estas declaraciones algo inconvenientes, pero el Comité Paralímpico Sudafricano sí presentó una queja formal ante el CIP.
El director médico y científico del CIP afirmó que “el sistema es el mejor posible”. El tamaño máximo de las prótesis se calcula a través de una fórmula matemática basada en la longitud del antebrazo del corredor, y en la distancia que separa el pecho de la extremidad o de los muñones.
La cuestión de los equipos técnicos, al igual que la elaboración de las categorías del handicap, es un proceso complejo y en evolución constante. La polémica entorno a Pistorius ha demostrado hasta qué punto la cuestión es compleja.
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Foto – LaVanguardia